Valla de malla o valla de cristal, ¿qué comprar?

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La seguridad en el ámbito de la piscina es un aspecto fundamental, del cual los propietarios son cada vez más conscientes, siendo probablemente las vallas de protección o de seguridad, el accesorio más utilizado.

Detalle valla Babysecur
Detalle valla Babysecur

Cuando de seguridad en la piscina se trata, nos vienen a la cabeza varios elementos que nos puede ayudar, como son las alrmas, las cubiertas o las vallas de protección. Éstas últimas, las vallas, son probablemente el más utilizado, lo que también influye en la diversa oferta que nos podemos encontrar en el mercado.

Dentro de los diferentes tipos de vallas, hasta ahora los modelos más demandados eran las llamadas vallas de mallas, en las cuales, la unión entre los postes o soportes se realiza mediante diversos tipos de malla, con diseños, calidades y resistencias diversas en función del fabricante.

En los últimos tiempos, las vallas transparentes, fundamentalmente de vidrio o cristal, están obteniendo una gran relevancia, gracias fundamentalmente a su atractiva estética.

A la hora de elegir entre un tipo u otro de valla de protección para nuestra piscina, hya un aspecto fundamental que tendremos que valorar en primer lugar, y es el hecho de si queremos la valla para un determinado tiempo (poco), o si por el contrario, pretendemos que la valla se quede como un elemento más de forma definitiva.

El porqué es muy sencillo, una valla de cristal difícilmente es desmontable. No quiere decir que una vez puesta no se pueda quitar, todo se puede quitar, pero el engorro necesario implica cierta obra que quizás otro tipo de vallas, desmontables, no necesite.

Cierto es que la estética que tiene por ejemplo, una valla de cristal con portes en acero inoxidable resulta muy atractiva, y dependiendo de la calidad del cristal y del acero, pueden ser extremadamente resistentes. También es verdad que se trata de estructuras rígidas, sin ningún tipo de flexibilidad, lo que en algunos casos, puede resultar complicado si tenemos niños de por medio, más si cabe, si éstos son un poco “cabra loca”.

Detalle valla Oceanix de Aquatic Serenity
Detalle valla Oceanix de Aquatic Serenity

Las vallas de malla son habitualmente flexibles y admiten hasta cierto punto el apoyo o el choque, por ejemplo de un crío. A esto también ayudará el hecho de que los postes que soportan la estructura también sean lo suficientemente flexibles para no romper ante ciertas necesidades y lo suficientemente resistentes para garantizar la seguridad.

En relación a esto, nos encontramos con un modelo en el mercado, la valla Flash N de Iaso, la cual podemos considerar una valla de malla, en la que los postes de aluminio, algo más gruesos que los del resto de la competencia, son rígidos, lo que ante ciertos impactos de intensidad, pueden llegar a presentar algún tipo de fisura en la parte baja del soporte, al no aguantar del todo, esa cierta necesidad de flexibilidad. Por ello, nosotros no las recomendariamos a no ser que sea para un uso muy puntual y para garantizar la seguridad de niños de muy pequeña edad. Por decirlo de otra manera, si cabe la posibilidad de que los niños sean un poco “bestias” no creemos que sea el modelo más adecuado.

Uno de los problemas que habitualmente se suelen poner a las vallas de malla es el hecho de que en espacio no muy grandes, pueden dar lugar a dar sensación de agobio, ante la dificultad de ver al otro lado y por la sensación de pequeñez que transmiten. Hemos de reconocer que este es un aspecto que en los últimos tiempos se ha ido mitigando, gracias al uso de mallas de diferentes colores y también mallas más resistentes y menos tupidas, los que nos puede permitir fácilmente, ver a través de ellas. Este es por ejemplo, el caso de los últimos modelos de la marca Babysecur.

Volviendo a las vallas transparentes, si debemos decir que si se trata de estructuras con cristales de calidad, son muy resistentes por lo que la inversión a realizar, que generalmente será bastante más elevada que con una valla de malla, puede resultar rentable. Por contra, estructuras en las que se incluye el uso de metacrilatos o policarbonatos, pueden resultar estéticamente atractivas y más económicas, pero si debemos decir, por experiencia, que suelen ser materiales que se rayan demasiado fácilmente y que con el tiempo pueden llegar a amarillear.

Y porqué no decirlo, las vallas de cristal o vidrio transmiten un aire de exclusividad que otros tipos de valla no pueden.

Por tanto, deberemos tener muy en cuenta nuestro presupuesto, la importancia que le damos a la estética, su calidad y resistencia, y para cuánto tiempo queremos tener la valla instalada. De todos modos, sea cual sea el tipo de valla elegido, siempre recomendamos valorar diferentes alternativas tanto a nivel de precio, como de las calidades utilizadas, como la seguridad de su instalación.

Y como siempre, recordar que el uso de elementos de seguridad como las vallas para piscina o cualquier otro, no nos exime de la necesidad de supervisión por parte de los adultos.

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