Parece lógico que tratándose de una piscina, siempre nos planteemos utilizar algún sistema de seguridad, “por si acaso”, pero lo cierto es que en un gran número de piscinas, los propietarios no tienen instalado ningún sistema que ayude a mantener la seguridad en nuestra piscina y su entorno, de forma efectiva.
Y no sólo debemos preocuparnos cuando va a haber niños alrededor, también los adultos tenemos nuestros riesgos y es importante protegerse.
En primer lugar, debemos tener claro que ningún sistema de seguridad por si solo, nos permite obviar la supervisión, sobre todo con niños, de nuestra piscina. De hecho, ningún sistema sustituye al ser humano, en cuanto a la protección se refiere.
Por todo esto, resulta muy importante valorar el utilizar uno o varios sistemas de seguridad, en nuestra piscina:
- PARA EVITAR AHOGAMIENTOS. Vallas y cubiertas que limiten el acceso, alarmas que nos avisen de la entrada en el agua (de inmersión), o de la cercanía a la piscina de alguna persona (alarmas exteriores de posición).
- PARA EVITAR ACCIDENTES. Tan importante es evitar accidentes en el interior de la piscina, como en el exterior. Por tanto, un suelo o espacio antideslizante resulta fundamental para evitar problemas alrededor de la piscina.
- PARA ESTAR MÁS TRANQUILOS. Es obvio que cuando contamos con ciertos sistemas de seguridad, podemos estar más tranquilos ya que estamos minimizando las posibilidades de accidente.
- COMO MEDIDA DISUASORIA. En muchos casos, el hecho de contar con, por ejemplo, una cubierta o una valla, es capaz de disuadir a algunas personas, de realizar ciertos actos arriesgados, o que pudieran representarnos problemas serios.
En definitiva, cuando de una piscina se trata, no está de más, tomar precauciones y poder disfrutar al máximo sin quebraderos de cabeza.
