La seguridad en las piscinas es un motivo constante de preocupación, ya que cada vez son más las personas que disponen de una piscina privada, así como va en aumento el numero de usuarios en los centro deportivos. Esto exige que se creen productos específicos que minimicen el riesgo existente al realizar actividades, en su mayoría lúdicas.
La asistencia cada vez mayor a estos centros de ocio implica un aumento de incidentes, siendo los resbalones en la zona de baños los más comunes. Aparte de los producidos por el mal uso de las instalaciones (juegos, empujones, carreras…), se producen caídas y sustos como consecuencia de la mala elección de un pavimento.
Partes críticas de una piscina:
- En el exterior, rodeando el vaso. El deslizamiento se produce al evacuar el agua que se encuentra entre el suelo y la planta del pie. Si la superficie del suelo es continua, se resbalará una distancia que logrará hacernos caer al perder el equilibrio.
- En el interior del vaso en profundidades de hasta 70-80 cm., debido a playas, peldaños, zonas de chapoteo… La situación es similar, pero con la dificultad de tener el cuerpo sumergido generando resistencia al agua.
A diferencia de otros lugares, donde esto depende del calzado, en las piscinas los usuarios van descalzos lo que facilita la cosa. El deslizamiento se puede evitar creando una superficie discontinua que desaloja el agua bajo el pie (lo mismo ocurre cuando un neumático realiza aqua-planning). Por ello se fabrican revestimientos en los que el agua se desaloje por las juntas, o por las ranuras del material.
Fuente sacada de www.seguridad.todopiscinas.es